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El corredor diabético I.


Runner's Word - Serafín Murillo García.

Hace ya tiempo que escribí un post sobre “El control de la glucemia, la insulina y el índice glucémico”. Mi intención no era, ni mucho menos, hablar de la diabetes ni de recomendaciones especiales para el corredor diabético, pero a raíz de esa entrada fueron muchos los lectores que me hicieron preguntas específicas sobre la dieta para runners con diabetes y pidiéndome incluso que dedicara un post al corredor diabético. El tema me parece lo suficientemente complejo y necesario como para dedicarle más de un artículo. Hoy intentaré hacer una exposición de la diabetes y de cómo el ejercicio físico influye en la regulación de los niveles de azúcar, para que podáis entender el por qué de las distintas estrategias nutricionales y de consideraciones importantes en cuanto a la pauta de insulina en los corredores diabéticos.

La diabetes es una enfermedad en la que están alterados los mecanismos de control de la glucosa en la sangre. Según el estudio di@bet.es, en España hay unos 5,2 millones de personas afectadas de diabetes, de las cuales casi la mitad (43,5%) desconocen que tienen la enfermedad. En los últimos 50 años la prevalencia de esta enfermedad se ha duplicado, en gran medida debido a unos muy malos hábitos de vida; sedentarismo unido a excesos con la dieta. En la diabetes tipo I, que suele aparecer en edades tempranas, el cuerpo no produce insulina (hormona encargada de retirar la glucosa de la sangre) y necesariamente hay que aportarla artificialmente en forma de inyectables. En la diabetes tipo II (asociada al proceso de envejecimiento y/o a los malos hábitos de vida) el cuerpo, o bien no produce suficiente insulina, o bien no responde correctamente a ésta, de forma que a menudo se produce un exceso de insulina (hiperinsulinemia) y una resistencia de las células a su acción. A veces, unas correcciones en la dieta y en la pauta de actividad física, son suficientes para prevenir el avance de la diabetes tipo II, aunque en los casos más avanzados se necesita tratamiento farmacológico e incluso insulina. En cualquier caso, sea cual sea el tipo de diabetes, y siendo la glucosa un combustible muy importante para el músculo, podéis imaginar la importancia que el correcto manejo de los niveles de glucosa en sangre tiene para los deportistas.

Vamos a repasar algunos conceptos importantes de fisiología del ejercicio. Ya vimos en el post de “Utilización de energía durante el ejercicio” que el combustible que el cuerpo utiliza durante el mismo depende de su intensidad y duración. Así, durante la primera media hora de ejercicio, el cuerpo utiliza principalmente el glucógeno almacenado en el musculo y en el hígado. Cuando el ejercicio se prolonga y es de baja intensidad, el cuerpo pasa a utilizar la grasa almacena en el tejido adiposo, pero si la intensidad supera un determinado umbral, aumenta el consumo de glucosa para producir energía (procedente del glucógeno almacenado en el músculo e hígado y de la transformación de aminoácidos del musculo en glucosa). Todo esto está controlado por un complejo sistema en el que intervienen el sistema nervioso y el control hormonal.

En personas no diabéticas, el ejercicio físico produce una serie de cambios hormonales y metabólicos:
Hace que el páncreas deje de producir insulina. En ausencia de insulina se frena la entrada del azúcar en las células, favoreciendo así el aumento de los niveles de glucosa en la sangre (para que pueda ser utilizado por las células musculares).
activa la producción de un grupo de hormonas contrarreguladoras(glucagón, adrenalina, noradrenalina, hormona del crecimiento y cortisol). Estas hormonas tienen el efecto contrario a la insulina; activan los mecanismos que permiten obtener glucosa a partir de otras fuentes (glucógeno almacenado en hígado y músculos, aminoácidos y grasas en el tejido adiposo), aumentando así los niveles de glucosa en sangre.
también produce unos cambios en las membranas de las células musculares, aumentando la cantidad y actividad de los receptores GLUT4, que transportan la glucosa al interior de las células, facilitando así la entrada de glucosa al interior de las células musculares. Así, aún en ausencia de insulina, la actividad muscular es capaz de reducir la glucemia sanguínea. Estos cambios en las células se prolongan hasta 12-16 horas después del ejercicio.

Es decir, que el ejercicio físico, mediante todos estos cambios metabólicos y hormonales, provoca un aumento de la glucosa en la sangre, disponible para el músculo que está en una situación de gran demanda de energía.

En el corredor diabético el estado metabólico durante el ejercicio no responde únicamente a la intensidad y duración del ejercicio, sino también a la pauta de insulina (en el caso de los diabéticos insulinodependientes) y a la alimentación previa al ejercicio (composición de la dieta y tipo de hidratos de carbono consumidos).

Entender estos cambios hormonales es de vital importancia para el corredor diabético, ya que le permitirán controlar su alimentación y su pauta de insulina y prevenir hipo e hiperglucemias durante el ejercicio y después del mismo, principales problemas y complicaciones a las que tendrá que hacer frente.

En el corredor diabético insulinodependiente el factor más importante de todo este complejo mecanismo es la cantidad de insulina circulante en el momento de realizar el ejercicio. Así, el diabético debe simular a través de su pauta de insulina el comportamiento que tiene la insulina durante el ejercicio en el individuo sano; es decir, debe propiciar una bajada de los niveles de insulina en sangre, ya que un exceso de insulina al comienzo de la actividad deportiva actuaría bloqueando los procesos de obtención de glucosa en el hígado y de liberación de ácidos grasos en el tejido adiposo, lo que podría provocar una hipoglucemia. En el extremo opuesto, si la cantidad de insulina es demasiado baja, se podría provocar un aumento excesivo de hormonas contrareguladoras, que llevaría a un aumento de la producción de glucosa en el hígado y a la consiguiente hiperglucemia.

En la siguiente entrada profundizaré en el control nutricional del paciente diabético según la intensidad y duración del ejercicio. (Soy consciente de la complejidad del tema. Espero no haber sido demasiado técnica. Y si es así, por favor decirme algo y echo el freno!)

Fuentes consultadas:

Apuntes del curso de postgrado de FUNIBER titulado “Educación Diabetológica para Profesionales Sanitarios”.

Fundación diabetes

“El ejercicio físico en la diabetes Mellitus” de Serafín Murillo García. Es un artículo muy completo y detallado, el que quiera profundizar un poco más puede leerlo en el siguiente enlace.

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