Atletas info. Cultura Atleta.
Si los primeros cinco o diez minutos de tu entrenamiento te sentís pesado, duro como una roca, fatigado y sin aire no te preocupes esto es normal y en esta nota te explicamos por qué sucede y cómo podés solucionarlo.
Esta sensación de fatiga aparece los primeros minutos. Sentís que te falta muchísimo el aire y que el cuerpo no responde. Esto sucede durante el tiempo que el cuerpo tarda en darle la “nafta” a tus músculos. Como todavía no tienen energía no responden.
Dicho proceso crea una “deuda de oxígeno” en tu organismo hasta que llega el combustible a tus músculos. Podés sentir ardor, malestar y aumento de la frecuencia cardíaca. Una vez que se produce la transición, podrás correr a tu ritmo durante un tiempo prolongado.
Beneficios de un calentamiento gradual
Si sufrís demasiado estos primeros minutos del ejercicio la solución es que entres en calor progresivamente (empezar muy lento y aumentar el ritmo de a poco). De esta forma evitarás sentirte muy fatigado y podrás soportar más las molestias de los primeros kilómetros.
Hacer una buena entrada en calor tiene mucho beneficios entre ellos: prevenir lesiones, facilitar los entrenamientos y sentirte más cómodo (evitando una gran deuda de oxígeno) y motivado.
A pesar de que este cambio fisiológico de traspaso de energía ocurre siempre que empezás a correr, a medida que pase el tiempo y estés más entrenado la fatiga de los primeros minutos disminuirá con el tiempo.
Además, si sos regular con los entrenamientos tu corazón se volverá más fuerte y capaz de bombear más sangre con cada contracción. Esto se traduce en una menor frecuencia cardíaca. La capacidad pulmonar y la transferencia de oxígeno también aumenta. Los vasos sanguíneos se vuelven más elásticos, disminuye la presión arterial y se forman nuevos vasos capilares.
Si sufrís demasiado estos primeros minutos del ejercicio la solución es que entres en calor progresivamente (empezar muy lento y aumentar el ritmo de a poco). De esta forma evitarás sentirte muy fatigado y podrás soportar más las molestias de los primeros kilómetros.
Hacer una buena entrada en calor tiene mucho beneficios entre ellos: prevenir lesiones, facilitar los entrenamientos y sentirte más cómodo (evitando una gran deuda de oxígeno) y motivado.
A pesar de que este cambio fisiológico de traspaso de energía ocurre siempre que empezás a correr, a medida que pase el tiempo y estés más entrenado la fatiga de los primeros minutos disminuirá con el tiempo.
Además, si sos regular con los entrenamientos tu corazón se volverá más fuerte y capaz de bombear más sangre con cada contracción. Esto se traduce en una menor frecuencia cardíaca. La capacidad pulmonar y la transferencia de oxígeno también aumenta. Los vasos sanguíneos se vuelven más elásticos, disminuye la presión arterial y se forman nuevos vasos capilares.
Recordá:
La próxima vez que empieces a correr y te sientas fatigado no te desesperes, bajá la velocidad y hacé una buena entrada en calor. Si es necesario caminá a buen ritmo los primeros cinco minutos, seguí con un trote suave otros cinco minutos y luego arrancá con tu entrenamiento.